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La Generación del 98 refleja una España en crisis tras la pérdida de sus colonias en 1898. Escritores como Unamuno y Machado abordan temas de identidad nacional, utilizando la novela y el ensayo para expresar desilusión y proponer regeneración. El paisaje castellano y la crítica social son elementos clave en sus obras, marcando un hito en la literatura española.
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La Generación del 98 surge en medio de una profunda crisis nacional en España tras la pérdida de las últimas colonias en 1898
La derrota en la Guerra Hispanoamericana y la pérdida de las colonias en 1898, conocida como "el Desastre", fue un evento clave en el contexto histórico de la Generación del 98
La Generación del 98 se vio impulsada por la necesidad de reflexionar sobre la identidad y el futuro de España en medio de la crisis nacional
Los miembros de la Generación del 98 compartían una perspectiva común al haber nacido alrededor de la década de 1870
La educación autodidacta y la participación en tertulias permitieron a la Generación del 98 desarrollar un pensamiento crítico y una estrecha colaboración
La Generación del 98 se inspiró en pensadores como Nietzsche y en la tradición literaria española, incluyendo a Mariano José de Larra
Tanto la Generación del 98 como el Modernismo surgieron en respuesta a la crisis de fin de siglo en España, aunque con enfoques diferentes
Tanto la Generación del 98 como el Modernismo compartían la disconformidad con la situación cultural de la época y la influencia de corrientes europeas
A pesar de sus diferencias, la Generación del 98 y el Modernismo compartían un contexto común de renovación y cambio en la literatura española
La Generación del 98 encontró en la novela y el ensayo los géneros más adecuados para expresar sus preocupaciones
Las novelas de la Generación del 98 suelen presentar personajes complejos y antihéroes que reflejan la desilusión y el desencanto de la época
El ensayo se convirtió en un medio para la reflexión y la crítica en la Generación del 98, explorando temas como la identidad española, la existencia y la religión