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La Segunda Revolución Industrial marcó un periodo de grandes avances tecnológicos y económicos entre 1870 y 1914. Innovaciones como el proceso Bessemer, la electricidad y el motor de combustión interna transformaron la producción y el transporte. La organización del trabajo evolucionó con el taylorismo y el fordismo, mientras que la comunicación dio un salto adelante con el teléfono y la radio. Este periodo también vio la concentración empresarial y el surgimiento de Estados Unidos, Alemania y Japón como potencias industriales.
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El proceso Bessemer permitió la producción masiva de acero, reduciendo costos y aumentando la producción
El horno abierto Siemens-Martin también contribuyó a la producción masiva de acero, siendo utilizado en la construcción de infraestructura y en la industria armamentística
El acero se convirtió en un material fundamental para la expansión de la infraestructura ferroviaria, la construcción de buques y el avance de la industria armamentística
La industria química experimentó un auge gracias a los avances en la síntesis de medicamentos, lo que tuvo un impacto transformador en la vida cotidiana y en diversas ramas de la producción
La producción de fertilizantes fue otro de los avances destacados en la industria química durante la Segunda Revolución Industrial
La industria química también fue responsable de la creación de nuevos materiales como las fibras sintéticas y los plásticos, que tuvieron un impacto transformador en la vida cotidiana y en diversas ramas de la producción
La transición hacia fuentes de energía más eficientes, como la electricidad, fue un pilar de la Segunda Revolución Industrial, permitiendo el desarrollo de dispositivos eléctricos y mejorando la eficiencia en el transporte
El petróleo fue clave para el desarrollo del motor de combustión interna, revolucionando la industria y el transporte
La Segunda Revolución Industrial también trajo avances en el transporte, como la evolución del ferrocarril, la introducción de tranvías y metros en las ciudades, y el nacimiento de la industria automotriz y la aviación
La Segunda Revolución Industrial trajo consigo la invención y perfeccionamiento de dispositivos de comunicación como el telégrafo, el teléfono, la radio, el fonógrafo y el cinematógrafo
Se introdujeron sistemas de organización del trabajo como el taylorismo y el fordismo, que promovían la eficiencia a través de la división del trabajo y la estandarización de tareas
Estos métodos no solo mejoraron la productividad sino que también expandieron el mercado al considerar a los trabajadores como consumidores, estableciendo las bases de la producción en masa y la sociedad de consumo que conocemos hoy