Las propiedades físicas y químicas del agua son cruciales para la vida y los ecosistemas. Con una estructura molecular polar y capacidad para formar enlaces de hidrógeno, el agua tiene un alto punto de ebullición y es un solvente excepcional. Su calor de vaporización y capacidad calórica regulan la temperatura en seres vivos y el medio ambiente. Además, la densidad del agua permite que el hielo flote, protegiendo la vida acuática en climas fríos.
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La molécula de agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno
La molécula de agua tiene una estructura tetraédrica distorsionada con un ángulo de enlace de 104.5°
La polaridad del agua se debe a la diferencia de electronegatividad entre el oxígeno y los hidrógenos, lo que le permite formar enlaces de hidrógeno
La alta tensión superficial del agua se debe a sus enlaces de hidrógeno, lo que le permite soportar objetos ligeros en su superficie
El punto de ebullición elevado del agua se debe a sus enlaces de hidrógeno, lo que requiere una mayor cantidad de energía para romperlos y convertir el agua en vapor
La capacidad solvente excepcional del agua se debe a su polaridad, lo que le permite disolver sustancias iónicas y polares
La expansión del agua al congelarse se debe a la formación de enlaces de hidrógeno, lo que hace que el hielo sea menos denso que el agua líquida y flote
La alta constante dieléctrica del agua se debe a su capacidad para actuar como un medio aislante y disminuir la fuerza electrostática entre cargas opuestas
La solvatación del agua es fundamental para la disolución de sustancias iónicas y polares, lo que facilita las reacciones químicas y los procesos biológicos