René Descartes, padre de la filosofía moderna, revolucionó el pensamiento con su método crítico y racionalista. Su obra establece la duda metódica y el cogito como fundamentos del conocimiento. El dualismo cartesiano y la libertad de la voluntad son pilares de su legado, influenciando la ciencia y la moral.
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René Descartes fue un importante matemático, científico y filósofo francés del siglo XVII
Descartes es considerado el padre de la filosofía moderna debido a su enfoque crítico y metódico que transformó el panorama intelectual de su tiempo
Descartes fue un pionero en el desarrollo de la geometría analítica, lo que le permitió aplicar métodos matemáticos a la filosofía y la ciencia
El empirismo y el racionalismo son dos filosofías contrapuestas en cuanto a la fuente del conocimiento
El empirismo sostiene que el conocimiento proviene principalmente de la experiencia sensorial
El racionalismo argumenta que la razón es la principal fuente de conocimiento y que es posible alcanzar verdades universales y necesarias independientemente de la experiencia
El método cartesiano se compone de cuatro reglas fundamentales diseñadas para guiar el pensamiento hacia la verdad
Las primeras dos reglas del método cartesiano son la de la evidencia, que insta a aceptar solo aquello que se percibe con claridad y distinción como verdadero, y el análisis, que recomienda dividir cada problema en partes para resolverlo mejor
Las últimas dos reglas del método cartesiano son la síntesis, que aconseja ordenar los pensamientos de lo simple a lo complejo, y la enumeración completa, que garantiza que nada se omita en el proceso de análisis
La duda metódica es una estrategia filosófica que Descartes empleó para descartar cualquier conocimiento que pudiera ser puesto en duda, con el fin de encontrar una base firme para la ciencia
A través de la duda metódica, Descartes llegó a la conclusión de que, mientras pudiera dudar, debía existir como ser pensante, lo que se resume en su famosa afirmación "cogito, ergo sum" (pienso, luego existo)
El "cogito, ergo sum" se establece como la primera certeza indubitable y el fundamento de su sistema filosófico, donde la razón se erige como la base del conocimiento verdadero