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La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que provoca inflamación crónica en las articulaciones, causando dolor, hinchazón y rigidez. Afecta principalmente manos y pies, pudiendo llevar a deformidades y complicaciones sistémicas como la afectación pulmonar y cardíaca. El diagnóstico se basa en la historia clínica, exámenes físicos y de laboratorio, y el pronóstico varía, con posibles remisiones y riesgo de discapacidad.
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La inflamación crónica de las articulaciones en la Artritis Reumatoide puede causar síntomas como dolor, hinchazón y rigidez
Aspecto fusiforme o "en huso"
La inflamación crónica puede resultar en un derrame sinovial, dando a las articulaciones un aspecto fusiforme o "en huso"
Signos inflamatorios
Los signos inflamatorios incluyen enrojecimiento y calor local en las articulaciones afectadas por la Artritis Reumatoide
Metacarpofalángicas y interfalángicas proximales
La Artritis Reumatoide afecta comúnmente las articulaciones de la mano, incluyendo las metacarpofalángicas y las interfalángicas proximales
Deformidades características
Con la progresión de la enfermedad, pueden desarrollarse deformidades características como la deformidad en boutonnière, la deformidad "en cuello de cisne" y la deformidad del pulgar en "Z"
Debilidad y atrofia muscular
Las deformidades en la mano pueden ser exacerbadas por la debilidad y atrofia de los músculos intrínsecos de la mano y la posible ruptura de tendones
La Artritis Reumatoide puede afectar las extremidades inferiores, causando luxaciones de las cabezas de los metatarsianos, hallux valgus y dedos en martillo
La sinovitis crónica en la mano puede causar síndrome del túnel carpiano, con síntomas como parestesias y atrofia de la eminencia tenar
La sinovitis en el hombro y el codo puede ser menos aparente pero igualmente dañina, pudiendo ocasionar lesiones en el manguito rotador y subluxación de la articulación glenohumeral
La rodilla es susceptible a la inflamación sinovial, que puede resultar en la formación de un quiste de Baker, mientras que la cadera también puede mostrar signos de artritis
La AR es una enfermedad sistémica y puede presentar manifestaciones fuera de las articulaciones, como fiebre baja, fatiga, pérdida de peso y susceptibilidad a infecciones
Los nódulos reumatoides son frecuentes en pacientes con AR y pueden causar deformidades como el "dedo en resorte"
Las complicaciones cardíacas incluyen pericarditis y, en casos severos, taponamiento cardíaco o pericarditis constrictiva
La vasculitis reumatoide es una manifestación grave que puede llevar a infartos digitales o gangrena
La AR puede afectar los pulmones y los riñones, manifestándose como derrame pleural, nódulos pulmonares, proteinuria o amiloidosis secundaria
Los pacientes con AR pueden experimentar neuropatías por atrapamiento y afectación ocular, como síndrome de Sjögren o uveítis anterior granulomatosa
El diagnóstico de la AR se realiza mediante la evaluación de la historia clínica, el examen físico, estudios radiográficos y análisis de laboratorio
Las imágenes radiográficas pueden revelar signos de inflamación crónica como el aumento de partes blandas, osteopenia yuxtaarticular y reducción del espacio articular
Los análisis de laboratorio pueden mostrar anemia, elevación de reactantes de fase aguda y la presencia de factor reumatoide y anticuerpos anti-citrulina, que están asociados con formas más severas de la enfermedad
La AR tiene un curso clínico variable, con algunos pacientes experimentando remisiones prolongadas
Sin embargo, la progresión de la enfermedad puede llevar a la destrucción articular y discapacidad
No existen marcadores pronósticos definitivos, pero altos niveles de factor reumatoide y la presencia de nódulos reumatoides pueden indicar un pronóstico más grave
Las complicaciones articulares y sistémicas, así como los efectos adversos de los tratamientos, pueden empeorar el pronóstico de la AR
Aunque hay estudios con resultados variados, la esperanza de vida de los pacientes con AR puede estar ligeramente reducida en comparación con la población general