El neoconductismo representa una evolución del conductismo clásico, introduciendo conceptos como la cognición y el propósito en el estudio de la conducta. Figuras como Clark L. Hull y Edward C. Tolman buscaron superar las limitaciones del conductismo clásico, mientras que B.F. Skinner mantuvo un enfoque más tradicional con su conductismo radical. Estas teorías han influido en la psicología cognitiva y la terapia cognitivo-conductual, marcando una diferenciación importante en el campo del comportamiento humano.
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John B. Watson fundó el conductismo clásico
El conductismo clásico se enfocaba en la observación objetiva de la conducta
El conductismo clásico excluía los procesos mentales por ser inobservables
El neoconductismo surgió como una evolución del conductismo clásico
Hull y Tolman fueron destacados neoconductistas
El neoconductismo intentó superar las limitaciones del conductismo clásico
Tolman introdujo el "conductismo propositivo" que incluía conceptos como las "variables intervinientes" y la "cognición latente"
Hull propuso el "conductismo mecanicista" que utilizaba fórmulas matemáticas para predecir la conducta
El neoconductismo incluyó procesos internos en sus teorías, lo que marcó un alejamiento del conductismo clásico
El neoconductismo enfrentó contradicciones al introducir conceptos mediacionales como la cognición y el propósito
Las teorías neoconductistas reconocieron la importancia de los procesos cognitivos en la conducta
El neoconductismo se alejó de la doctrina conductista original de Watson al incluir procesos internos en sus teorías