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La lactancia materna es esencial para el desarrollo del lactante, ofreciendo nutrientes y anticuerpos protectores. Este proceso natural fortalece el vínculo emocional entre madre e hijo y aporta beneficios económicos y ambientales. La producción de leche se regula por la demanda y la succión del bebé, siendo el calostro la primera defensa inmunológica del recién nacido. La lactancia a demanda y la correcta posición durante el amamantamiento son claves para una experiencia satisfactoria.
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La leche materna proporciona nutrientes esenciales en proporciones ideales para el crecimiento y maduración del bebé
Anticuerpos en la leche materna
La leche materna contiene anticuerpos que protegen al bebé contra múltiples enfermedades
Sistema inmunológico robusto
La leche materna promueve un sistema inmunológico robusto en el bebé
El acto de amamantar fomenta un fuerte lazo emocional entre la madre y el niño
La lactancia materna reduce la necesidad de comprar fórmulas infantiles, lo que resulta en beneficios económicos para la familia
La lactancia materna disminuye la demanda de recursos asociados con la producción y el suministro de alimentos infantiles artificiales, lo que es beneficioso para el medio ambiente
Señales del bebé
La succión del bebé envía señales al cerebro para liberar hormonas que estimulan la producción de leche
Factores emocionales
La oxitocina puede ser liberada por la madre al pensar o interactuar con su hijo, lo que ayuda a mantener un flujo de leche constante
Un ambiente tranquilo y apoyo emocional son esenciales para una lactancia exitosa, ya que factores como el estrés o la ansiedad pueden inhibir la producción de leche
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé es recomendada por la Organización Mundial de la Salud para garantizar su desarrollo integral
Después de los seis meses, se recomienda introducir alimentos complementarios adecuados mientras se continúa con la lactancia hasta los dos años de edad o más
Existen diversas posiciones para amamantar, como la posición sentada, acostada o la de cuna, que deben ser elegidas según la comodidad de la madre y el bebé
Una lactancia efectiva se identifica por la presencia de succiones rítmicas y profundas del bebé, mejillas llenas y no hundidas, y la sensación de la madre de que la leche está siendo extraída adecuadamente