El desarrollo del autoconcepto y la autoestima en la tercera infancia es crucial para el bienestar emocional y psicosocial de los niños. Entre los 7 y 11 años, los niños mejoran en la autorregulación emocional y la conducta prosocial, influenciados por la dinámica familiar y la empatía. La teoría de Erikson y la ecológica de Bronfenbrenner ofrecen marcos para entender estos cambios y la importancia del apoyo parental en este período.
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Los niños adquieren una mayor capacidad cognitiva que les permite formar una imagen más compleja y diferenciada de sí mismos
Habilidades, preferencias y relaciones sociales
A través de la construcción de sistemas representacionales, los niños integran diversas facetas de su identidad, como habilidades, preferencias y relaciones sociales
La habilidad para reconocer tanto fortalezas como debilidades en distintos dominios sin que afecte su valoración global de sí mismos es fundamental para el desarrollo de una autoestima saludable
La autoestima durante la tercera infancia también se ve afectada por la percepción de los niños sobre su competencia y capacidad para realizar tareas productivas
Etapa de industria versus inferioridad
En la etapa de industria versus inferioridad, los niños se esfuerzan por adquirir habilidades y competencias valoradas socialmente para evitar sentimientos de inferioridad
Los padres y educadores desempeñan un rol esencial al proporcionar retroalimentación constructiva y apoyo, lo que influye directamente en cómo los niños perciben su propia eficacia y valor
Los niños se vuelven más conscientes de sus propias emociones y las de los demás
Vergüenza y orgullo
Aprenden a identificar emociones complejas como la vergüenza y el orgullo
Culpa y vergüenza
Aprenden a diferenciar entre la culpa y la vergüenza
La autorregulación emocional, que implica el control voluntario de las emociones, la atención y el comportamiento, se fortalece durante esta etapa
La tercera infancia se caracteriza por un incremento en la conducta prosocial y la capacidad empática
Los padres que reconocen y apoyan a sus hijos en la gestión de sus emociones promueven el desarrollo de la empatía y las habilidades sociales
Las respuestas parentales negativas pueden exacerbar emociones negativas y obstaculizar el desarrollo emocional del niño
A pesar de pasar más tiempo fuera del hogar, la familia mantiene su importancia en la vida de los niños en edad escolar
El ambiente familiar, la estructura y las interacciones con los hermanos influyen significativamente en el desarrollo psicosocial del niño
Las actividades compartidas en familia son cruciales para el bienestar emocional y psicosocial del niño
La teoría ecológica de Urie Bronfenbrenner subraya que el comportamiento del niño es afectado por múltiples sistemas ambientales