Ornamentación y Estilo en el Arte Islámico Omeya
La ornamentación en el arte islámico Omeya se distinguió por su riqueza y la omisión de representaciones humanas o animales, lo que resultó en un estilo decorativo enfocado en patrones geométricos, vegetales y caligráficos. Los atauriques (motivos vegetales estilizados), mocárabes (decoraciones estalactíticas) y lacerías (entrelazados geométricos) son patrones decorativos que se hicieron populares en diversas superficies, como mobiliario, murales y textiles. La caligrafía, especialmente la epigráfica con inscripciones coránicas, se convirtió en un arte en sí mismo, destacando la escritura cúfica, con sus trazos rectilíneos y angulares, y la nasji, de caracteres más cursivos y redondeados.La Influencia Abasida en el Desarrollo del Arte Islámico
La dinastía abasida, que tomó el poder en el 750 d.C. y trasladó la capital a Bagdad, introdujo elementos arquitectónicos de las tradiciones mesopotámicas y sasánidas, como el uso predominante del ladrillo y el adobe, el pilar como soporte estructural y la cúpula sobre trompas como elemento distintivo. La cerámica vidriada en tonos de azul y blanco se convirtió en una innovación decorativa significativa. La Mezquita de Samarra y los mausoleos, como la Tumba de Alí en Nayaf y la torre funeraria de Gufad-i-Qabus, son ejemplos notables de la arquitectura abasida. Con la fragmentación del imperio islámico en principados independientes, el arte islámico se enriqueció con influencias locales, como se observa en la Mezquita de Kairuan en África y la Mezquita de Ibn Tulún en Egipto.Diversificación y Evolución del Arte Islámico en Ámbitos Regionales
La diversificación del arte islámico se hizo patente en la fusión de la cultura árabe con las tradiciones locales en regiones como Irán y Asia Central, donde se desarrollaron mezquitas con características distintivas como la tradición hipóstila y doble pórtico. Durante el periodo aglabí, se construyó la Mezquita de Kairuan, y la dinastía Zirí erigió el Palacio de Asir y la ciudad palaciega de Qal’a. En Egipto, la Mezquita de Ibn Tulún en El Cairo es un ejemplo de la influencia tuluní. A pesar de las restricciones coránicas, el arte de la miniatura musulmana alcanzó su apogeo en épocas posteriores, destacando el uso del papel como soporte, lo que facilitó la producción y circulación de estas obras de arte.