El expansionismo alemán y el camino hacia la guerra en Europa
En Europa, el expansionismo alemán estaba motivado por una ideología de superioridad racial y un rechazo al Tratado de Versalles, que había impuesto severas restricciones a Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Adolf Hitler, tras llegar al poder en 1933, retiró a Alemania de la Sociedad de Naciones y comenzó a implementar su visión expansionista basada en la teoría del Lebensraum o "espacio vital". Esta visión implicaba la expansión territorial y la subyugación de pueblos considerados inferiores, especialmente los eslavos. La agresiva política exterior de Alemania, junto con las de Italia y Japón, incrementó la tensión internacional y desafió el frágil equilibrio de poder establecido en el período de entreguerras.La escalada hacia el conflicto global y la política de apaciguamiento
La agresión de Japón en Asia encontró un paralelo en Europa con las expansiones de Italia y Alemania. Italia, bajo el liderazgo de Benito Mussolini, invadió Etiopía en 1935, lo que llevó a una alianza más estrecha con la Alemania nazi. Alemania, por su parte, remilitarizó la Renania en 1936 y anexó Austria y la región de los Sudetes en Checoslovaquia en 1938, entre otras acciones expansionistas. Las potencias democráticas de Europa, principalmente Francia y el Reino Unido, adoptaron una política de apaciguamiento en un esfuerzo por evitar otro conflicto a gran escala. Esta política culminó en la Conferencia de Múnich de 1938, donde se permitió la ocupación alemana de los Sudetes en un intento fallido de garantizar la paz.La Segunda Guerra Mundial: colaboracionismo, resistencia y el final del conflicto
La Segunda Guerra Mundial fue un periodo marcado por la colaboración de ciertos gobiernos y ciudadanos con las fuerzas del Eje, motivados por ideologías afines, anticomunismo o deseos de independencia de las potencias coloniales. Sin embargo, también emergieron movimientos de resistencia en toda Europa ocupada, como los Maquis en Francia, los partisanos yugoslavos y los partisanos italianos, que llevaron a cabo actos de sabotaje y espionaje contra los ocupantes. La guerra en Europa concluyó con la derrota de Alemania, precipitada por la batalla de Stalingrado, el avance aliado desde el norte de África e Italia, y el decisivo Día D en Normandía. En el Pacífico, la resistencia japonesa continuó hasta que los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 forzaron la rendición de Japón el 2 de septiembre de 1945.Las devastadoras consecuencias de la guerra
La Segunda Guerra Mundial tuvo consecuencias devastadoras, con un saldo de más de 50 millones de muertos, la mayoría de ellos civiles. La guerra resultó en la destrucción masiva de ciudades, infraestructuras, cambios territoriales significativos y desplazamientos masivos de poblaciones. Además, el conflicto dejó un legado de colaboracionismo con atrocidades como el Holocausto, donde gobiernos como el de Vichy Francia participaron en la deportación de judíos a campos de exterminio, un fenómeno que se repitió en otras áreas de Europa bajo ocupación nazi.