El tejido óseo, esencial para la estructura corporal y la hematopoyesis, se clasifica en huesos largos, cortos, planos, irregulares y sesamoideos. Su desarrollo ocurre a través de la osificación intramembranosa y endocondral, y su remodelación responde a factores mecánicos y hormonales, manteniendo la integridad esquelética.
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Las células óseas, incluyendo osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos, trabajan en conjunto con una matriz extracelular rica en fibras de colágeno y minerales para proporcionar resistencia y dureza al tejido óseo
Diferencias entre Tejido Óseo Compacto y Esponjoso
El tejido óseo compacto forma la capa externa de los huesos y proporciona resistencia y soporte, mientras que el tejido óseo esponjoso, ubicado principalmente en las epífisis de los huesos largos y en el interior de los huesos planos, está compuesto por una red de trabéculas que soportan cargas y distribuyen el peso
El periostio y el endostio son membranas de tejido conectivo que recubren la superficie externa e interna de los huesos, respectivamente, mientras que las células óseas, incluyendo osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos, son responsables de la formación, mantenimiento y degradación del tejido óseo
Los huesos largos, como el fémur, tienen una diáfisis central y epífisis en ambos extremos, y son primordiales para el movimiento y la palanca muscular
Los huesos cortos, como los del tarso, son aproximadamente iguales en longitud, anchura y espesor, proporcionando estabilidad con cierta movilidad
Los huesos planos, como el esternón, ofrecen protección y amplias áreas para la inserción muscular
Los huesos irregulares, como las vértebras, tienen formas complejas adaptadas a funciones específicas
Los huesos sesamoideos, como la rótula, están incrustados en tendones y reducen la fricción en las articulaciones
La osificación intramembranosa forma huesos planos, como los del cráneo, directamente del tejido conectivo
La osificación endocondral forma huesos largos a partir de un modelo de cartílago que luego se mineraliza
El crecimiento óseo continúa durante la infancia y la adolescencia, regulado por factores genéticos, nutricionales y hormonales
Las hormonas como la paratiroidea, la calcitonina, las hormonas sexuales y la vitamina D influyen en la absorción y depósito de minerales en el tejido óseo
La remodelación ósea es un proceso dinámico que reemplaza el tejido óseo antiguo por uno nuevo, manteniendo la integridad estructural y respondiendo a las demandas mecánicas