La célula, unidad básica de la vida, se clasifica en procariotas y eucariotas, con estructuras complejas como la matriz extracelular y la membrana plasmática. Los orgánulos celulares como mitocondrias y ribosomas cumplen funciones vitales, mientras que el sistema de endomembranas coordina el tráfico vesicular esencial para la homeostasis y comunicación celular.
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Robert Hooke realizó observaciones microscópicas que llevaron al descubrimiento de la célula
Robert Hooke identificó y nombró a las células como las unidades fundamentales de la vida
Las células son autónomas en sus funciones vitales, como la nutrición, la relación con el entorno y la reproducción
Las células procariotas, como las bacterias, son más simples y carecen de un núcleo definido
Las células eucariotas, como las de animales y plantas, poseen un núcleo definido y son más complejas que las procariotas
Las células eucariotas contienen múltiples orgánulos que realizan funciones específicas, como la producción de energía y la síntesis de proteínas
La matriz extracelular está compuesta por polisacáridos y proteínas, como el colágeno y la fibronectina
La matriz extracelular proporciona soporte estructural, regula la comunicación celular y facilita el intercambio de sustancias
La matriz extracelular es esencial para la integridad y funcionalidad de los tejidos en el organismo
La membrana plasmática está compuesta por una bicapa lipídica y proteínas incrustadas, siguiendo el modelo de mosaico fluido propuesto por Singer y Nicholson
Los lípidos, como los fosfolípidos y el colesterol, proporcionan estabilidad y regulan la permeabilidad, mientras que las proteínas son fundamentales para procesos como el transporte y la comunicación celular
La membrana plasmática actúa como una barrera selectiva que controla el intercambio de sustancias con el entorno y permite la comunicación y el reconocimiento celular