El desarrollo psicoemocional abarca procesos clave como la separación-individuación, donde el niño se distingue de su cuidador principal, y el complejo de Edipo, que estructura la personalidad. La culpa y su impacto en los trastornos afectivos, así como las neurosis y perversiones, son aspectos cruciales en la psicología. Estos conceptos son fundamentales para entender y tratar diversas patologías psicológicas, ofreciendo un marco para la intervención clínica y el bienestar emocional.
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Durante esta fase, el niño o la niña desarrolla una percepción de sí mismo como un ser independiente
El proceso de separación-individuación permite al infante formar relaciones más amplias y seguras con el mundo exterior
Este proceso es esencial para la formación de un sentido saludable de autonomía y confianza en uno mismo
Durante esta etapa, el niño aprende a reconciliar los sentimientos de amor y odio hacia la figura materna
El niño asume la responsabilidad por sus propios pensamientos y acciones durante la etapa de separación-individuación
Según Sigmund Freud, el complejo de Edipo se desarrolla durante la fase fálica del desarrollo psicosexual
La resolución exitosa del complejo de Edipo implica la identificación con el progenitor del mismo sexo
Este proceso es fundamental para el desarrollo de la ley simbólica y la capacidad del niño para adherirse a las reglas y límites sociales
La omnipotencia del pensamiento infantil puede llevar a temores de que los deseos y acciones tengan consecuencias dañinas, generando sentimientos de culpa
La culpa puede ser un factor en el desarrollo de trastornos depresivos y está presente en la melancolía y las constituciones narcisistas
La comprensión de la culpa es crucial para el tratamiento de los trastornos afectivos en la teoría psicoanalítica