La dictadura de Primo de Rivera marcó un período de autoritarismo y reformas en España. Desde el golpe de estado en 1923 hasta su caída en 1930, se implementaron políticas para erradicar la corrupción y promover la unidad territorial. Se enfrentó a desafíos como la resistencia catalana y la crisis económica mundial, culminando en la renuncia de Rivera y el advenimiento de la Segunda República tras el exilio del rey Alfonso XIII.
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Primo de Rivera llevó a cabo un golpe de estado el 13 de septiembre de 1923 con la complicidad del rey Alfonso XIII
El golpe de estado llevó a la renuncia del gobierno liberal presidido por Manuel García Prieto
Primo de Rivera buscaba regenerar la vida política, erradicar el caciquismo y la corrupción, restablecer el orden y preservar la unidad territorial de España
Bajo el Directorio Militar, se tomaron medidas como la suspensión de la Constitución, la disolución de partidos políticos y sindicatos, y la represión de manifestaciones catalanas
Para hacer frente a la agitación obrera, se implementó una política de represión dirigida principalmente contra la CNT
La colaboración con Francia fue clave para la victoria sobre las fuerzas de Abd-el-Krim en el Rif marroquí
En diciembre de 1925, Primo de Rivera estableció un Directorio Civil, manteniéndose como presidente del gobierno y sumando a su gabinete a personalidades civiles
Primo de Rivera buscó el respaldo de sectores conservadores, financieros e industriales
Se implementó una política económica intervencionista y de nacionalismo económico para aprovechar el contexto económico favorable
Se llevó a cabo la regulación del trabajo de las mujeres durante la dictadura de Primo de Rivera
En 1926 se creó el Consejo de Trabajo, un sindicato vertical que pretendía unificar a trabajadores y empresarios bajo la supervisión del Estado
La CNT fue perseguida por su rechazo a integrarse en la estructura sindical del régimen