La teoría de la ventaja comparativa y la economía clásica son fundamentales para entender el comercio internacional. David Ricardo y John Stuart Mill destacan por sus aportes en la especialización productiva y los beneficios del intercambio entre naciones. Mill, además, incide en la importancia de la elasticidad de la oferta y la demanda, así como en los efectos del comercio en la productividad y el desarrollo económico. Sus teorías siguen influyendo en las políticas comerciales actuales, especialmente en países en desarrollo.
Show More
La teoría de la ventaja comparativa propone que los países se benefician al especializarse en la producción de bienes y servicios para los cuales tienen una eficiencia relativa mayor en comparación con otros países
Beneficios directos
Los beneficios directos del comercio internacional se derivan de la especialización y el intercambio basado en la ventaja comparativa
Beneficios indirectos
Los beneficios indirectos del comercio internacional surgen de los aumentos en la productividad debidos a la expansión de la división del trabajo y el desarrollo de las fuerzas productivas
La teoría de la ventaja comparativa establece una distinción entre el comercio interno, donde los factores de producción son móviles, y el comercio internacional, donde la movilidad de estos factores es limitada
John Stuart Mill sintetizó y expandió las ideas de economistas anteriores como Adam Smith y David Ricardo, enfocándose en los factores que determinan la tasa de intercambio real entre naciones
Mill se concentró en la productividad del trabajo más que en la cantidad de trabajo necesaria para producir un bien, lo que permitió una comparación más precisa de las productividades relativas y una comprensión más profunda de los beneficios del comercio internacional
Mill aplicó la Ley de Say al comercio internacional para explicar la demanda entre naciones y la ley de los precios internacionales, argumentando que el comercio exterior no solo proporciona un mercado para los productos sobrantes, sino que también estimula el aumento de la productividad y el desarrollo económico y tecnológico de los países participantes
Mill hizo una distinción entre los beneficios directos e indirectos del comercio internacional, siendo estos últimos aún más significativos ya que actúan como catalizadores de la innovación tecnológica y el crecimiento económico
Mill abogó por un papel más activo del Estado en la protección y promoción del comercio y la industria, sugiriendo que políticas comerciales proactivas podrían ayudar a los países en desarrollo a superar desventajas y estimular su desarrollo económico