El español, o castellano, nació en la Península Ibérica, influenciado por iberos, celtas y la romanización. La Reconquista y Alfonso X el Sabio jugaron roles clave en su evolución y estandarización. Con aproximadamente 4,000 palabras de origen árabe, el español refleja un legado de diversidad cultural y lingüística, marcado por figuras históricas y la unión de los Reyes Católicos que propiciaron su expansión.
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La Reconquista fue un periodo de reconquista cristiana de la Península Ibérica que contribuyó a la expansión del castellano
Divergencia del latín vulgar
Tras la caída del Imperio Romano, los dialectos del latín vulgar comenzaron a divergir y evolucionaron de forma independiente, dando origen a las lenguas romances
Fragmentación de las lenguas romances
La desintegración de la unidad política y lingüística en la Península Ibérica facilitó la fragmentación de los dialectos del latín vulgar, que dieron origen a las distintas lenguas romances
La unión dinástica de los Reyes Católicos y la conquista de Granada en 1492 consolidaron el castellano como lengua oficial de los territorios unificados y contribuyeron a su expansión
La invasión romana en el 218 a.C. impuso el latín vulgar como lengua franca en la Península Ibérica, sentando las bases del futuro español
Antes de la romanización, la Península Ibérica era un mosaico de lenguas y culturas, destacando las de los vascos, iberos y celtas, que dejaron un legado en el léxico del español
La diversidad lingüística en España, con la coexistencia de lenguas prerrománicas y el latín vulgar, contribuyó a la riqueza del español y su vasto patrimonio léxico
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