La Economía Clásica y la Ley de Say establecen que la oferta crea su propia demanda, promoviendo el equilibrio y el pleno empleo sin intervención estatal. Contrariamente, la teoría Keynesiana resalta la importancia de la demanda agregada y las rigideces del mercado laboral, sugiriendo que el gobierno puede intervenir para corregir desequilibrios y fomentar el empleo. Estas teorías han moldeado la política económica y el entendimiento del funcionamiento de los mercados.
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Adam Smith y David Ricardo son figuras destacadas en la Economía Clásica
La Ley de Say postula que "la oferta crea su propia demanda"
La producción de bienes y servicios genera un poder adquisitivo suficiente para comprar esos bienes y servicios
El mercado de trabajo alcanza su equilibrio a través del ajuste del salario real
La cantidad de trabajo, en combinación con el capital y la tecnología disponibles, determina el nivel de producción
El empleo siempre corresponde al nivel de pleno empleo en la perspectiva clásica
La Economía Clásica considera que la intervención del gobierno es generalmente ineficaz para modificar el nivel de producción o estabilizar la economía
Los clásicos veían la oferta agregada como perfectamente inelástica y la demanda agregada como variable
Según la perspectiva clásica, las fluctuaciones en la demanda afectarían únicamente el nivel de precios, sin impactar las variables reales de la economía
La teoría Keynesiana pone en duda la idea de que la oferta es el factor determinante en la economía y enfatiza el papel crucial de la demanda agregada
Keynes argumentó que pueden existir niveles persistentes de desempleo que no se autocorrigen
Las expectativas de demanda futura, influenciadas por los "espíritus animales", son fundamentales para determinar la producción en la teoría Keynesiana
La teoría Keynesiana introduce la noción de rigideces, particularmente en los salarios nominales
La ilusión monetaria puede provocar desequilibrios en el mercado laboral
El desequilibrio en el mercado laboral repercute en el nivel de producción en la teoría Keynesiana
Una disminución en los precios puede resultar en un aumento del salario real en la teoría Keynesiana
La rigidez salarial y la ilusión monetaria pueden resultar en desempleo en la teoría Keynesiana
A diferencia de la perspectiva clásica, Keynes sostiene que la intervención gubernamental puede ser efectiva para influir en la demanda agregada y acercar la economía al pleno empleo