La Dinámica del Conflicto Psíquico
El conflicto psíquico es una característica central de la teoría freudiana, manifestándose en la tensión entre lo reprimido y el yo. Durante el análisis psicoanalítico, el intento de acceder a lo reprimido puede encontrarse con resistencias inconscientes generadas por el yo. Estas resistencias son distintas de lo reprimido y representan una parte del yo que se opone a la revelación de los contenidos reprimidos. Freud subraya que una porción del yo es inconsciente y que el verdadero conflicto se da entre el yo coherente y sus aspectos reprimidos, más que entre consciente e inconsciente.La Consciencia y su Vínculo con la Corteza Cerebral
Freud asocia la consciencia con la corteza cerebral, sugiriendo que esta reside en la superficie del aparato psíquico tanto en términos conceptuales como anatómicos. La consciencia recibe percepciones del mundo exterior e interior, incluyendo sensaciones y sentimientos. Freud distingue entre representaciones inconscientes, que están ligadas a la cosa representada sin la mediación del lenguaje, y representaciones preconscientes, que incluyen la palabra y, por lo tanto, pueden acceder a la consciencia.La Estructura Tripartita de la Psique: Yo, Ello y Superyó
Freud introduce una estructura psíquica tripartita compuesta por el Yo, el Ello y el Superyó. El yo, derivado del sistema percepción-consciencia, incluye aspectos preconscientes e inconscientes y actúa como mediador entre las demandas internas y externas. El ello es la instancia psíquica que opera en el inconsciente y contiene los impulsos y deseos primarios, no limitándose a lo reprimido. El superyó, o ideal del yo, emerge de la identificación con las figuras parentales y representa las normas y prohibiciones internalizadas. El yo debe equilibrar las influencias del ello y del superyó, así como las demandas del mundo exterior.La Formación del Superyó y el Complejo de Edipo
Freud explica que el superyó, o ideal del yo, se forma a través de la introyección de figuras parentales y la resolución del complejo de Edipo. El superyó actúa como una instancia crítica que impone mandatos y prohibiciones, reflejando la internalización de la autoridad parental. La manera en que se resuelve el complejo de Edipo varía entre niños y niñas, lo que resulta en diferentes identificaciones y fortalecimientos del superyó.Las Pulsiones de Vida y Muerte y su Influencia en la Conducta
Freud introduce las pulsiones de vida y muerte como fuerzas fundamentales que interactúan en la psique. La pulsión de vida, o Eros, busca la unión y la conservación de la vida, mientras que la pulsión de muerte, o Tánatos, aspira a la disolución y al retorno a un estado inorgánico. Estas pulsiones pueden entrelazarse y manifestarse de diversas maneras, como en la sublimación de impulsos o en la agresión dirigida hacia afuera o hacia el propio yo.El Yo y sus Desafíos en la Gestión de Demandas Múltiples
El yo se encuentra en una posición de constante negociación, sometido a las demandas del ello, del superyó y del mundo exterior. Debe manejar las pulsiones del ello, las críticas y prohibiciones del superyó, y los desafíos de la realidad. Además, el yo enfrenta la angustia que surge de estas interacciones, como la angustia de castración y la angustia de muerte, que cumplen funciones reguladoras dentro del psiquismo.La Lucha Interna en el Ello y la Regulación del Placer
Dentro del ello se desarrolla una lucha interna entre las pulsiones de vida y muerte. La pulsión de muerte busca el reposo y la paz, en contraposición a la pulsión de vida que perturba el principio del placer. El yo, en su intento por mediar entre estas fuerzas, busca sublimar y canalizar la libido hacia objetivos socialmente aceptables, mientras que el superyó puede adoptar una postura sádica, dirigiendo la agresión hacia el propio yo.