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El transporte terrestre es crucial para la economía, conectando los sectores primario, secundario y terciario. Carreteras y ferrocarriles facilitan la movilidad de bienes y personas, con agentes como Renfe y pequeños empresarios jugando roles clave. Normativas y convenios regulan la seguridad y eficiencia, mientras que la infraestructura española destaca por su desarrollo y contribución al PIB.
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El sector primario comprende actividades relacionadas con la extracción de recursos naturales
El sector secundario se centra en la transformación de materias primas en productos manufacturados
El sector terciario engloba una amplia gama de actividades de servicios, incluyendo el transporte terrestre
El transporte por carretera es versátil y adaptable, mientras que el ferrocarril es más eficiente para grandes volúmenes de carga a larga distancia
El transporte terrestre involucra a diferentes agentes y entidades, como remitentes, transportistas y operadores ferroviarios
El transporte terrestre está sujeto a normativas y convenios que garantizan su funcionamiento seguro y eficiente, tanto a nivel nacional como internacional
El sector de transporte terrestre en España está compuesto principalmente por pequeños empresarios y autónomos, con una presencia significativa de empresas de tamaño mediano y grande
El transporte terrestre es un pilar fundamental de la economía española, contribuyendo con aproximadamente el 2% del PIB y proporcionando empleo a cerca de 250.000 personas
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Sector primario - Ejemplos
Agricultura, pesca, minería - Extracción recursos naturales.
01
Transformación en sector secundario
Materias primas a productos manufacturados - Industria.
02
Actividades del sector terciario
Educación, comercio, banca, transporte - Servicios variados.
