La civilización azteca se organizaba en clanes llamados calpullis, con una sociedad estratificada y un sistema judicial complejo. La religión, central en su cultura, adoraba a deidades como Huitzilopochtli y requería sacrificios. La educación azteca, impartida en el Calmecac y Telpochcalli, era crucial para transmitir conocimientos y valores.
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Los veinte clanes o calpullis eran la base de la organización social y política de los Aztecas, interrelacionados por lazos de parentesco, distribución territorial y práctica religiosa
La sociedad azteca estaba dividida en una élite compuesta por nobles guerreros, una clase media de artesanos, campesinos y comerciantes, y una base conformada por esclavos
Cada calpulli contaba con su propio líder y su propio templo dedicado a su deidad protectora, lo que les otorgaba cierta autonomía dentro de la estructura social y política azteca
En el Imperio Azteca existían tribunales locales en cada ciudad-estado para resolver disputas menores, y casos más complejos eran escalados a tribunales superiores en Tenochtitlán o Texcoco
Los jueces especializados, como el tecutli, impartían justicia en los tribunales superiores, mientras que un tribunal de tres jueces vitalicios atendía los asuntos más importantes
El huey-tlatoani, líder supremo del Imperio, era elegido por un consejo de nobles y tenía la última palabra en la toma de decisiones políticas y judiciales
La religión azteca era polifacética y fundamental para la identidad cultural de los mexicas, adorando a una amplia gama de deidades
Huitzilopochtli era el dios principal y protector de los mexicas, pero también se incluían dioses de pueblos conquistados, como Tláloc, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl
Los sacrificios humanos y los rituales de ofrenda eran centrales en la práctica religiosa azteca, sirviendo para reafirmar la jerarquía social y la legitimidad de la clase guerrera
La educación era esencial en la sociedad mexica y comenzaba en el seno familiar, transmitiendo valores y normas de conducta
Los jóvenes continuaban su formación en el Calmecac, reservado para la nobleza y futuros sacerdotes, o en el Telpochcalli, destinado a los jóvenes de extracción más humilde y enfocado en la instrucción militar y habilidades prácticas
La educación buscaba el desarrollo integral del individuo, reflejado en la expresión náhuatl "in yollotl, in ehecátl", que significa "alcanzar el rostro y el corazón", adquiriendo conocimiento y virtud moral