El Estado de Derecho y la Constitución como Pilares del Orden Jurídico

El Estado de Derecho y la Constitución como Pilares del Orden Jurídico

El Estado de Derecho es un principio fundamental que asegura que todas las acciones y decisiones dentro de una sociedad están sujetas al cumplimiento de normativas jurídicas previamente establecidas, garantizando así la legalidad, la seguridad jurídica y el respeto a los derechos humanos. En contextos donde el Estado de Derecho es debilitado o inexistente, como en el caso de Argentina durante la dictadura militar (1976-1983), se observa una erosión de las garantías y libertades fundamentales. La Constitución de un país, como documento jurídico supremo, define los principios básicos de la nación, incluyendo su territorio, población y forma de gobierno. Es el marco legal primordial del cual se derivan todas las demás leyes y reglamentos, y su comprensión es esencial para cualquier ciudadano o profesional del derecho.

La Preeminencia de los Derechos Constitucionales y su Jerarquía Normativa

Los derechos constitucionales son aquellos derechos fundamentales que están reconocidos y protegidos por la Constitución, y ocupan el nivel más alto en la jerarquía normativa, de acuerdo con la teoría de Hans Kelsen. Esta jerarquía asegura que las normas de rango inferior no contravengan a las de rango superior, manteniendo un sistema legal coherente y ordenado. Los derechos humanos, aunque son universales e inalienables, requieren ser reconocidos explícitamente en la Constitución para ser considerados garantías constitucionales. En México, la parte dogmática de la Constitución, que comprende los artículos 1 al 29, consagra derechos y garantías fundamentales como la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, el derecho a la propiedad y la seguridad jurídica.

Composición y Estructura de la Constitución Mexicana

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se estructura en dos secciones principales: la parte dogmática y la parte orgánica. La sección dogmática, que incluye los derechos y garantías de los ciudadanos, se encuentra en los primeros 29 artículos. La sección orgánica, que se extiende desde el artículo 30 hasta el 136, detalla la organización del Estado mexicano, la división de poderes, las competencias de las entidades gubernamentales y los procedimientos democráticos. Esta estructura no solo define los derechos individuales, sino que también establece las bases para la gobernanza del país, asegurando la separación de poderes y delineando las responsabilidades de los servidores públicos.

Supremacía Constitucional y el Control de Constitucionalidad

La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico mexicano, y su supremacía está reforzada por los artículos 1 y 133, que otorgan a los tratados internacionales de derechos humanos el mismo rango de obligatoriedad. Este principio de supremacía constitucional establece que todas las leyes y actos de gobierno deben estar en conformidad con la Constitución y los tratados internacionales ratificados por México. Los jueces tienen el deber de ejercer el control de constitucionalidad y convencionalidad, revisando que las leyes y actos de autoridad se alineen con estos documentos y protejan los derechos humanos de manera amplia y efectiva.

Mecanismos de Reforma Constitucional

La Constitución es un documento dinámico que debe evolucionar junto con la sociedad. El artículo 135 de la Constitución Mexicana establece un procedimiento riguroso para su reforma, que exige una mayoría calificada en el Congreso de la Unión y, en algunos casos, la aprobación de la mayoría de las legislaturas estatales. Este proceso de enmienda asegura que los cambios constitucionales sean producto de un consenso significativo, reflejando la voluntad popular y la evolución de la sociedad. La complejidad de este procedimiento subraya la solemnidad y el respeto que se le confiere a la Constitución como cimiento del Estado de Derecho en México.