La digestión de proteínas comienza en el estómago y continúa en el intestino delgado, donde enzimas como la pepsina, la tripsina y la quimotripsina descomponen los polipéptidos. Los aminoácidos resultantes son esenciales para la síntesis de nuevas proteínas, reparación de tejidos, producción de enzimas y hormonas, y regulación de procesos metabólicos. Además, participan en la generación de energía y son cruciales para la homeostasis, el sistema inmunológico, la coagulación sanguínea, el transporte de oxígeno y la señalización celular.
El ácido clorhídrico activa la pepsina para descomponer las proteínas en cadenas más cortas
Enzimas pancreáticas
Las enzimas tripsina y quimotripsina continúan la descomposición de los polipéptidos
Absorción de aminoácidos
Las enzimas en la membrana de las células intestinales desdoblan los polipéptidos en aminoácidos para su absorción en el torrente sanguíneo
La mucosa gástrica secreta moco para proteger las paredes estomacales de la acción corrosiva del ácido y de la actividad proteolítica de la pepsina
Las proteínas son esenciales para el crecimiento, la reparación de tejidos, la producción de enzimas y hormonas, y la regulación de procesos metabólicos
Síntesis de nuevas proteínas
Los aminoácidos absorbidos pueden ser utilizados para la síntesis de nuevas proteínas
Conversión de aminoácidos en energía
Algunos aminoácidos pueden ser desaminados y convertidos en precursores de glucosa o cuerpos cetónicos para la producción de energía
Transaminación
Los grupos amino se transfieren entre aminoácidos y ácidos alfa-ceto para facilitar la conversión de diferentes aminoácidos y la síntesis de compuestos no proteicos
El equilibrio entre la síntesis y degradación de proteínas es vital para mantener la homeostasis del organismo