La anatomía del cráneo humano y la estructura cerebral son fundamentales para entender el funcionamiento del sistema nervioso. Con 22 huesos, el cráneo protege el cerebro, que se divide en lóbulos con funciones especializadas como el razonamiento y la percepción sensorial. El cerebelo y el tronco encefálico regulan el movimiento y funciones vitales, mientras que el LCR y la circulación cerebral mantienen la homeostasis y protegen contra lesiones.
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Los huesos craneales incluyen ocho huesos que forman la estructura ósea del cráneo humano
Los huesos faciales, catorce en total, se encuentran en la parte frontal del cráneo y contribuyen a la estructura de la cara
El cerebro humano, el órgano central del sistema nervioso, se divide en varias regiones con funciones especializadas
El cerebro humano se divide en cuatro lóbulos, cada uno con funciones específicas como el razonamiento, la memoria y la visión
Además de los lóbulos cerebrales, el cerebro también incluye estructuras subcorticales como el tálamo, el hipotálamo y los ganglios basales, que participan en funciones como la regulación de la conciencia y las emociones
Los núcleos grises centrales, incluyendo el tálamo y el hipotálamo, son esenciales para la integración y el procesamiento de información en el cerebro
El líquido cerebroespinal circula en el sistema ventricular del cerebro y alrededor de la médula espinal, proporcionando protección y regulando el entorno químico del sistema nervioso central
La circulación cerebral es asegurada por un sistema arterial complejo que incluye el círculo de Willis, proporcionando redundancia en el suministro de sangre al cerebro y minimizando el riesgo de isquemia
El cerebelo, ubicado en la parte posterior del cráneo, es fundamental para la coordinación de movimientos y el mantenimiento del equilibrio
El tronco encefálico, formado por el mesencéfalo, el puente de Varolio y el bulbo raquídeo, es vital para la regulación de funciones autónomas como la respiración y la frecuencia cardíaca