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La cosmogonía maya, plasmada en el Popol Vuh, narra la creación del mundo y del hombre de maíz por los dioses Tepeu y Gucumatz. Los héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué vencen a los señores de Xibalbá, simbolizando la lucha entre el bien y el mal. Este legado cultural es fundamental para entender la espiritualidad y la identidad de los mayas quichés, así como su organización social tras la dispersión de las tribus.
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Los dioses Tepeu y Gucumatz convocaron a Hurakán para completar la creación del mundo
Población de la tierra con montañas, ríos, árboles frutales y animales
Los dioses crearon la tierra y la poblaron con elementos naturales y seres vivos
Los dioses intentaron crear seres que los venerasen, pero fracasaron en sus primeros intentos
Los seres de madera fueron destruidos por un diluvio enviado por los dioses como castigo por su ingratitud
Los dioses crearon a los humanos a partir de maíz, un alimento sagrado para los mayas
Los dioses limitaron la percepción y entendimiento de los humanos para mantener su supremacía
Los gemelos heroicos emprendieron un viaje al inframundo para enfrentar a sus señores malignos
Hunahpú e Ixbalanqué, nacidos de manera sobrenatural, poseían habilidades extraordinarias
Los gemelos derrotaron a los dioses del inframundo y se transformaron en el sol y la luna, cuerpos celestes que guían a la humanidad
Después de la derrota de Xibalbá, los ancianos y líderes tribales se dispersaron para fundar nuevas comunidades
Antes de su separación, los ancianos y líderes tribales establecieron un consejo de gobierno para asegurar la gobernanza y preservación de su cultura
Los ancianos y líderes tribales seleccionaron al hombre más sabio y capaz de cada linaje para gobernar y preservar su cultura