Los músculos del cuerpo humano son cruciales para el movimiento y la postura, clasificándose en esqueléticos, lisos y cardíacos. Las fibras musculares, con sus miofibrillas y sarcómeros, permiten la contracción y relajación gracias a la regulación del calcio. Factores como el tipo de fibra y la señal nerviosa afectan la fuerza y velocidad de la contracción, mientras que proteínas como la tropomiosina y la troponina regulan este proceso.
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Los músculos permiten el movimiento y mantienen la postura del cuerpo humano
Los músculos juegan un papel crucial en la regulación del flujo sanguíneo en el cuerpo
Los músculos también ayudan a regular la temperatura corporal del cuerpo humano
El músculo esquelético es responsable de los movimientos voluntarios y la locomoción
El músculo liso controla procesos involuntarios en órganos internos como el tracto gastrointestinal y los vasos sanguíneos
El músculo cardíaco se contrae de forma involuntaria y rítmica para impulsar la circulación sanguínea en todo el cuerpo
Las fibras musculares son células especializadas que constituyen los músculos y tienen una estructura adaptada para la contracción
Sarcolema
El sarcolema es la membrana plasmática de las fibras musculares que transmite impulsos eléctricos y protege la célula
Sarcoplasma
El sarcoplasma contiene mitocondrias y miofibrillas, que proporcionan la energía necesaria para la contracción muscular
Retículo sarcoplásmico
El retículo sarcoplásmico es esencial para la regulación del calcio intracelular, necesario para la contracción muscular
La contracción muscular comienza con un impulso nervioso que desencadena la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular
La interacción de la acetilcolina con receptores en el sarcolema provoca la entrada de iones de sodio y genera un potencial de acción
La liberación de iones de calcio del retículo sarcoplásmico activa la interacción entre actina y miosina, lo que resulta en la contracción muscular
Las fibras musculares pueden ser de contracción rápida o lenta, lo que afecta su velocidad y resistencia a la fatiga
La fuerza de la contracción muscular está relacionada con el número de fibras musculares activadas y la intensidad de la señal nerviosa
La frecuencia de los potenciales de acción determina la cantidad de calcio liberado y, por tanto, la fuerza de la contracción muscular
El estiramiento previo del músculo puede optimizar la longitud de los sarcómeros para una contracción más eficiente
El tipo de contracción muscular, ya sea isométrica, isotónica o isocinética, define si el músculo cambia su longitud y tensión durante la contracción
La tropomiosina y la troponina son proteínas que controlan el acceso de la miosina a los sitios de unión en los filamentos de actina
La unión de iones de calcio a la troponina permite la formación de puentes cruzados entre actina y miosina, desencadenando la contracción muscular