La erupción dental es un proceso biológico que permite a los dientes pasar de la cripta ósea a la cavidad bucal, siguiendo una secuencia predecible. Este fenómeno es crucial para la alineación dental y la salud bucal. Factores como la osteoclastogénesis y la osteogénesis son esenciales en este proceso, que se divide en fases preeruptiva, eruptiva prefuncional y eruptiva funcional. La maduración post-eruptiva y el papel del flúor son fundamentales para la resistencia a la caries.
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Los osteoclastos reabsorben el hueso para permitir el paso del diente
Se forma nuevo hueso para soportar el diente en su nueva posición
El ligamento periodontal facilita los ajustes necesarios para el avance del diente hacia la cavidad bucal
Los dientes se mueven dentro del hueso maxilar para mantener su posición relativa durante el crecimiento
Se forma la raíz y el diente se mueve hacia su posición en la arcada dental
El diente alcanza la oclusión y continúa adaptándose al crecimiento facial y al desgaste oclusal a lo largo de la vida
La secuencia y el tiempo de erupción pueden variar debido a factores como el sexo, la caries dental y la pérdida prematura de dientes deciduos
Los dientes permanentes suelen emerger en intervalos de aproximadamente un año entre cada grupo dentario
La secuencia de erupción puede variar ligeramente entre los maxilares superior e inferior
Los dientes experimentan un proceso de maduración que mejora su dureza y reduce su susceptibilidad a la caries
La remineralización, especialmente en presencia de fluoruro, aumenta la resistencia a la caries en los dientes que erupcionan en un ambiente rico en este mineral