La Concepción Semántica de las Normas
La concepción semántica entiende las normas como el contenido de enunciados que expresan obligaciones, prohibiciones o permisos, o que pueden ser reformulados en esos términos. Los enunciados normativos pueden ser directos, como "Es obligatorio pagar impuestos", o indirectos, como un gesto que en un contexto específico implica una prohibición. Las normas se caracterizan por el contenido de estos enunciados y pueden manifestarse de diversas maneras, aunque siempre es posible su representación lingüística. Es fundamental diferenciar entre la formulación de una norma y los actos de habla que emplean enunciados normativos.Diferenciación entre Normas y Proposiciones Normativas
La concepción semántica enfrenta la ambigüedad de los enunciados normativos. Es esencial distinguir si estos enunciados se utilizan para hacer aserciones normativas, que expresan proposiciones normativas, o si simplemente están formulando una norma sin afirmar su existencia o validez. Por ejemplo, la afirmación "No se debe mentir" puede ser la constatación de una norma vigente o la formulación de una norma sin pretensión de validez. Por lo tanto, es importante diferenciar entre la formulación de normas y las aserciones normativas que confieren validez a una norma.Normas como Entidades Semánticas y su Validez
Las normas deben ser consideradas como entidades semánticas normativas, que existen independientemente de su validez. Un enunciado como "No se debe respirar" puede formular una norma, pero esto no implica necesariamente su validez; por tanto, el enunciado sería incorrecto si se interpretase como una aserción normativa. La distinción entre normas y proposiciones normativas se hace patente al considerar la negación de un enunciado normativo. La negación de una norma difiere significativamente de la negación de una proposición normativa, lo que subraya la importancia de diferenciar entre el contenido normativo y los hechos o estados de cosas normativos que se asumen en las proposiciones normativas.