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La Primera Guerra Carlista y las subsiguientes transformaciones políticas marcaron un periodo crucial en la historia de España. Tras la muerte de Fernando VII, la disputa sucesoria entre Isabel II y Carlos de Borbón desencadenó un conflicto que enfrentó liberalismo y absolutismo. La regencia de María Cristina y Espartero, junto con el reinado de Isabel II, sentaron las bases del Estado liberal, con reformas como la desamortización de Mendizábal y la Constitución de 1837, culminando en la Revolución Gloriosa de 1868.
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La derogación de la Ley Sálica por parte de Fernando VII en 1830 provocó una disputa sucesoria entre su hija Isabel II y su tío Carlos de Borbón
Isabelinos o Cristinos
Los Isabelinos o Cristinos apoyaban a la reina regente María Cristina y abogaban por reformas liberales
Carlistas
Los Carlistas defendían los derechos de Don Carlos y el mantenimiento del Antiguo Régimen con sus fueros y privilegios
La Primera Guerra Carlista enfrentó al liberalismo emergente contra el absolutismo tradicionalista
La Primera Guerra Carlista se dividió en tres etapas: formación de un frente carlista sólido, expansión de la guerra a otras regiones y divisiones internas entre los Carlistas
Expedición Real de 1837
La Expedición Real de 1837 demostró la capacidad de los Carlistas para operar lejos de sus bastiones
El Convenio de Vergara en 1839 y la persistencia de focos de resistencia carlista hasta 1840 marcaron el fin de la Primera Guerra Carlista
Durante la regencia de María Cristina (1833-1840), se promulgaron el Estatuto Real de 1834 y la desamortización de Mendizábal, iniciando un periodo de transformaciones políticas
La Constitución de 1837 consolidó el cambio hacia un sistema liberal en España
La regencia de Espartero (1840-1843) se caracterizó por un enfoque más autoritario y centralista, culminando en la caída de Isabel II y el inicio de un nuevo periodo de cambios políticos en España
Durante la Década Moderada (1844-1854), se promulgó la Constitución de 1845 y se enfrentó la II Guerra Carlista (1846-1849)
El Concordato de 1851 buscó reconciliar a la Iglesia con el Estado liberal en España
Las reformas administrativas y fiscales durante el reinado de Isabel II fortalecieron el centralismo y la modernización del país