El tejido hemático, esencial para la vida, transporta oxígeno y nutrientes, elimina desechos y regula la defensa inmunitaria. Compuesto por eritrocitos, leucocitos y plaquetas, cada uno cumple funciones específicas en la protección y mantenimiento del cuerpo humano. La hematopoyesis en la médula ósea es clave para la generación constante de estas células.
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El plasma sanguíneo está compuesto principalmente por agua, proteínas y solutos disueltos
Funciones de las proteínas plasmáticas
Las proteínas plasmáticas juegan roles vitales en la coagulación sanguínea, la defensa inmunitaria y el mantenimiento de la presión osmótica
Funciones del plasma como medio de transporte
El plasma sirve como medio de transporte para las células sanguíneas y actúa como un sistema de amortiguación para mantener el pH sanguíneo
El plasma sanguíneo es esencial para el transporte de nutrientes, gases respiratorios, hormonas y productos de desecho, así como para la regulación de la temperatura corporal y el equilibrio hídrico y de electrolitos
Los eritrocitos son células anucleadas con forma de disco bicóncavo que contienen hemoglobina
Los eritrocitos transportan oxígeno a los tejidos y recogen dióxido de carbono para su eliminación gracias a la hemoglobina
Los eritrocitos tienen una vida media de aproximadamente 120 días y son reciclados o excretados por el bazo y el hígado
Los leucocitos se clasifican en granulocitos y agranulocitos
Funciones de los granulocitos
Los granulocitos realizan funciones como la fagocitosis de patógenos y la regulación de la inflamación
Funciones de los agranulocitos
Los agranulocitos producen anticuerpos y participan en la inmunidad celular
Los leucocitos son esenciales para la respuesta inmunitaria y protegen al organismo contra infecciones y enfermedades
Las plaquetas son pequeños fragmentos celulares anucleados
Las plaquetas juegan un papel crucial en la formación de coágulos sanguíneos para prevenir la pérdida excesiva de sangre
Las plaquetas se adhieren al sitio de la lesión y activan la cascada de coagulación para formar un coágulo sanguíneo y reparar el tejido dañado