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El mester de clerecía y su didactismo marcan la literatura medieval española, con figuras como Gonzalo de Berceo y su obra 'Milagros de Nuestra Señora'. Juan Ruiz, con su 'Libro de Buen Amor', introduce la crítica social, mientras Jorge Manrique preludia la poesía renacentista con sus 'Coplas'. Tópicos literarios y la prosa didáctica de Don Juan Manuel también destacan, junto al nacimiento del teatro con obras como 'La Celestina' de Fernando de Rojas.
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El Mester de Clerecía fue un movimiento literario del siglo XIII en la península ibérica que se caracterizó por su intención didáctica y su uso del castellano
La métrica utilizada en el Mester de Clerecía era la cuaderna vía, con estrofas de cuatro versos alejandrinos que riman en consonante
Las obras del Mester de Clerecía abarcaban temas como hagiografías, milagros y enseñanzas morales, reflejando la visión del mundo y los valores de la época
Gonzalo de Berceo es conocido por su obra "Milagros de Nuestra Señora", en la que relata milagros marianos con un estilo que combina la devoción con la narrativa popular
Berceo buscaba instruir y deleitar al mismo tiempo a través de su narrativa religiosa, utilizando un estilo que combinaba la devoción y la narrativa popular
Las obras de Gonzalo de Berceo se centran en temas religiosos, como los milagros marianos, y buscan educar y moralizar al lector
Juan Ruiz es conocido por su obra "Libro de Buen Amor", que se aleja de la temática religiosa para abordar aspectos más terrenales y críticos de la sociedad
La obra de Juan Ruiz es una mezcla de géneros literarios, como la narrativa, la poesía, la sátira y el didactismo, que ofrecen una visión lúdica y reflexiva de la moralidad y los comportamientos sociales
La figura de Trotaconventos, como intermediaria en relaciones amorosas, es un personaje clave en el "Libro de Buen Amor" que aporta una dimensión cómica y crítica a la obra
Jorge Manrique es conocido por su obra "Coplas a la muerte de su padre", que marca la transición de la literatura medieval a la renacentista
La obra de Jorge Manrique está estructurada en tres partes y utiliza la copla manriqueña para reflexionar sobre la fugacidad de la fama y la inevitabilidad de la muerte, y para rendir homenaje a su padre
Jorge Manrique se inspira en la tradición lírica europea, abriendo camino a la poesía del Renacimiento