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El Virreinato de la Nueva España fue una entidad territorial clave del Imperio Español desde el siglo XVI hasta el XIX. Gobernado por virreyes, su estructura política y administrativa se extendía desde el poder real hasta las localidades más pequeñas. La Iglesia católica tuvo un rol esencial en la sociedad, mientras que la economía se basaba en la agricultura, ganadería, minería y comercio, regulados estrictamente por la Corona para proteger sus intereses.
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Durante esta etapa, se estableció el Virreinato de la Nueva España y se consolidó el poder colonial a través de la conquista de los territorios aztecas
Durante esta etapa, se desarrollaron y fortalecieron las estructuras sociales, económicas y políticas del Virreinato de la Nueva España
En esta etapa, influenciada por las ideas de la Ilustración y las Reformas Borbónicas, se llevaron a cabo cambios y reformas en la administración colonial que eventualmente contribuirían a los movimientos de independencia
El rey de España era la autoridad suprema y delegaba su poder en el Virrey y en instituciones como el Real y Supremo Consejo de Indias, la Real Audiencia y la Real Hacienda
A nivel local, las alcaldías mayores y corregimientos supervisaban los municipios, y los cabildos ejercían el gobierno local, mientras que las comunidades indígenas eran administradas por sus propios líderes bajo la supervisión de las autoridades coloniales
La Iglesia católica jugó un rol fundamental en la sociedad novohispana, abarcando aspectos espirituales, educativos, asistenciales y de registro civil
El clero se dividía en secular, que operaba en las parroquias, y regular, que pertenecía a las órdenes monásticas y misioneras
A lo largo de los siglos, la Iglesia y el Estado colonial mantuvieron una relación compleja, con frecuentes conflictos de jurisdicción y adaptaciones a las circunstancias particulares de la Nueva España
La economía de la Nueva España se sustentaba en la agricultura, la ganadería, la minería y el comercio
La agricultura era esencial para el sustento de la población y la producción de exportaciones, mientras que la ganadería creció significativamente con la introducción de nuevas especies
La propiedad de la tierra en la Nueva España presentaba un sistema dual, y la minería fue la actividad económica más lucrativa y vital para la economía colonial y la Corona española