La economía agrícola y ganadera del Neolítico en la Península Ibérica marcó un hito con cereales y legumbres como base alimenticia, complementada por la cría de animales. Los asentamientos variaban entre cuevas y aldeas, y las prácticas funerarias reflejaban una rica esfera de creencias. El arte rupestre y el megalitismo evidencian un florecimiento cultural y artístico, con monumentos que simbolizan la cosmovisión neolítica.
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Los cultivos predominantes en el Neolítico peninsular incluían cereales como la escanda y trigos desnudos, legumbres como lentejas, guisantes y habas, y plantas como el lino y la adormidera
Policultura
La policultura, que consistía en el cultivo simultáneo de diferentes especies en una misma parcela, era una práctica común en el Neolítico peninsular para minimizar los riesgos de fracaso en la cosecha
Almacenamiento de excedentes
Los excedentes agrícolas se almacenaban en silos y recipientes cerámicos en el Neolítico peninsular
La cría de ovejas, cabras, vacas, cerdos y perros complementaba la economía agrícola en el Neolítico peninsular, proporcionando carne, leche y fuerza de trabajo
En el Neolítico peninsular, los asentamientos incluían cuevas y aldeas al aire libre, con algunos ejemplos notables como La Draga, Plansallosa, Can Sadurní y varios en la Comunidad Valenciana y Andalucía
Diversidad de prácticas
Las prácticas funerarias en el Neolítico peninsular eran variadas, desde inhumaciones colectivas con pocos objetos hasta enterramientos individuales con ricos ajuares, reflejando una compleja esfera de creencias y rituales asociados a la muerte
Evolución de las prácticas
En el Neolítico peninsular, las prácticas funerarias evolucionaron desde inhumaciones colectivas a la dispersión de restos óseos en contextos domésticos y la normalización de sepulturas en poblados y cuevas, reflejando una diversificación en los rituales y creencias relacionadas con la muerte y el más allá
En el Neolítico peninsular, se han descubierto figuras femeninas como la Venus de Gavá, que simbolizaba la fertilidad tanto agrícola como mineral
El arte rupestre neolítico en la Península Ibérica se caracteriza por representaciones esquemáticas de figuras humanas, animales, ídolos oculados y motivos geométricos, que reflejan la cosmovisión y la vida cotidiana de las comunidades neolíticas
El megalitismo, fenómeno cultural que se extendió desde el V milenio hasta el II milenio a.C., se caracteriza por la construcción de monumentos con grandes bloques de piedra para fines rituales y funerarios