El sistema respiratorio de las aves es una maravilla de la evolución, adaptado para satisfacer las demandas del vuelo. Con pulmones rígidos y sacos aéreos que facilitan la ventilación, las aves pueden volar y regular su temperatura. La siringe les permite emitir sonidos complejos para comunicarse.
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La absorción de oxígeno y la excreción de dióxido de carbono son procesos clave para la respiración celular
El sistema respiratorio contribuye a la pérdida de calor en las aves
El sistema respiratorio juega un papel en la eliminación de sustancias tóxicas y en el mantenimiento del equilibrio ácido-base en las aves
Las cavidades nasales están revestidas por una membrana mucosa que calienta y humedece el aire inhalado
La faringe sirve como paso para el aire y los alimentos en las aves
La tráquea está protegida por una capa mucosa que filtra partículas y microorganismos en las aves
Los pulmones aviares realizan el intercambio gaseoso, oxigenando la sangre y eliminando el dióxido de carbono
Los sacos aéreos actúan como fuelles que facilitan el flujo de aire continuo a través de los pulmones en las aves
Los sacos aéreos contribuyen a la termorregulación y al equilibrio durante el vuelo en las aves
Los sacos aéreos son cruciales para modificar la densidad corporal y facilitar la flotabilidad en las aves durante el vuelo
Los sacos aéreos contribuyen a la termorregulación y al mantenimiento de la temperatura corporal en las aves mediante la difusión de agua desde la sangre hacia los pulmones
Los pulmones aviares están diseñados para un intercambio de gases altamente eficiente gracias a su red de capilares aéreos y sanguíneos