El condicionamiento clásico y operante son fundamentales en la psicología del aprendizaje. Pavlov y Skinner, respectivamente, demostraron cómo los estímulos y las consecuencias moldean la conducta. La eficacia de estos métodos se ve afectada por la intensidad de los estímulos y el intervalo entre ellos, aspectos cruciales para la formación de asociaciones y la modificación del comportamiento en diversas especies y etapas del desarrollo.
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El condicionamiento clásico es un proceso de aprendizaje en el que un estímulo neutro se convierte en un estímulo condicionado al asociarse repetidamente con un estímulo incondicionado
Condicionamiento simultáneo
En el condicionamiento simultáneo, ambos estímulos coinciden en el tiempo
Condicionamiento de retardo
En el condicionamiento de retardo, el estímulo condicionado precede al estímulo incondicionado y se solapa con él por un breve periodo
Condicionamiento de huella
En el condicionamiento de huella, hay un intervalo entre el cese del estímulo condicionado y la presentación del estímulo incondicionado
El condicionamiento clásico opera bajo principios fundamentales como la adquisición, la extinción, la recuperación espontánea, la generalización y la discriminación
El condicionamiento operante se basa en la idea de que las conductas son influenciadas por las reacciones que provocan en el entorno
En el condicionamiento operante, las respuestas son fortalecidas o debilitadas por las consecuencias que siguen, como refuerzos o castigos
A diferencia del condicionamiento clásico, el condicionamiento operante se enfoca en las consecuencias de las conductas en lugar de la asociación entre estímulos y respuestas automáticas