El Imperio Bizantino, surgido de la división del Imperio Romano, destacó por su monarquía autocrática y resistencia a invasiones. Con una economía basada en la agricultura y el comercio, y una sociedad jerarquizada, fue un epicentro cultural hasta su ocaso en 1453. Su legado incluye la Hagia Sophia y la preservación del conocimiento clásico.
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El Imperio Bizantino surgió tras la división del Imperio Romano en el año 285 d.C
Constantinopla, ubicada en el cruce entre Europa y Asia, fue la capital del Imperio Bizantino y un importante centro comercial y cultural
En su apogeo, el Imperio Bizantino se extendió por el sureste de Europa, el norte de África y el Medio Oriente
El Imperio Bizantino era gobernado por un emperador con poder absoluto tanto en el ámbito secular como religioso
En sus inicios, el emperador era elegido por el Senado, el ejército y el pueblo, pero con el tiempo se convirtió en una posición hereditaria y de origen divino
La administración imperial se apoyaba en una burocracia organizada que permitía al emperador controlar eficazmente todos los aspectos del imperio
La economía del Imperio Bizantino se basaba en la agricultura, el comercio marítimo y terrestre, y un sistema de impuestos sofisticado
La sociedad bizantina estaba dividida en una mayoría dedicada a la agricultura y una aristocracia terrateniente
La ubicación privilegiada de Constantinopla la convirtió en un importante centro comercial que conectaba Oriente y Occidente
El cristianismo ortodoxo era la religión oficial del Imperio Bizantino y desempeñaba un papel central en la vida cotidiana y política
Las disputas teológicas, como la iconoclastia, marcaron la historia religiosa bizantina y reafirmaron la tradición de venerar imágenes sagradas
El Gran Cisma dividió a la Iglesia en Oriente y Occidente, dando origen a la Iglesia Ortodoxa y la Católica Romana, con diferencias teológicas y culturales
Durante el siglo VI, el Imperio Bizantino experimentó una fase de reconquista bajo el reinado de Justiniano I, que intentó restaurar las fronteras del antiguo Imperio Romano
A lo largo de su historia, el imperio enfrentó desafíos de persas, árabes, búlgaros y eslavos, así como conflictos internos
En los siglos IX y X, el Imperio Bizantino experimentó un renacimiento cultural y militar, pero su declive fue progresivo hasta su caída en 1453
La Hagia Sophia en Constantinopla es un ejemplo de la innovación arquitectónica bizantina, con su cúpula masiva y mosaicos
El arte bizantino, conocido por su iconografía religiosa y uso del oro, ha influenciado las tradiciones artísticas de Europa y Oriente
A pesar de su desaparición como entidad política, Bizancio actuó como un puente entre la Antigüedad y el Renacimiento, preservando y transmitiendo el legado cultural griego y romano