Los sistemas de escritura y su relación con la lengua
Los sistemas de escritura se clasifican principalmente en ideográficos y fonéticos. Los sistemas ideográficos, como el chino, utilizan signos para representar palabras o ideas completas, mientras que los sistemas fonéticos reproducen la cadena de sonidos de una palabra, pudiendo ser silábicos o alfabéticos. Aunque los sistemas ideográficos pueden incorporar elementos fonéticos, la tendencia a confundir la escritura con la lengua es más pronunciada en estos casos. Por otro lado, los sistemas fonéticos, y en particular el alfabeto, reflejan inicialmente la lengua de manera más directa, pero con el tiempo, la correspondencia entre grafía y pronunciación puede distorsionarse.Desacuerdos entre la grafía y la pronunciación
La discrepancia entre la escritura y la pronunciación puede deberse a varios factores. La lengua es dinámica y cambia con el tiempo, mientras que la escritura tiende a ser más conservadora, lo que puede resultar en una representación desactualizada de la lengua hablada. Además, cuando un alfabeto se adopta de otra lengua, puede no ajustarse perfectamente a los sonidos de la lengua receptora, lo que puede requerir soluciones como el uso de dígrafos. La etimología también ha influido en la ortografía, a veces basándose en etimologías erróneas, especialmente durante el Renacimiento. Estas discrepancias pueden perpetuar la idea errónea de que la escritura es la base de la lengua, lo cual es un concepto equivocado.Consecuencias de la dependencia de la escritura en la lingüística
Una excesiva dependencia de la escritura en la lingüística puede conducir a interpretaciones erróneas y a una inversión de la relación natural entre la lengua hablada y su representación escrita. Por ejemplo, la pronunciación de "oi" en francés se escribe de una manera pero se pronuncia de otra, lo que demuestra cómo la ortografía puede influir erróneamente en la percepción de la pronunciación. Asimismo, la escritura puede afectar las reglas gramaticales, como en el caso de la "h aspirada" en francés, que ya no corresponde a un sonido pero sigue teniendo efectos en las reglas de enlace y elisión. La pronunciación correcta de una palabra debe basarse en su historia fonética y su evolución, no en su ortografía actual.