El sistema de endomembranas es esencial en la célula eucariota, incluyendo el retículo endoplasmático, el aparato de Golgi, los lisosomas y las vacuolas. Estos componentes permiten la síntesis de proteínas y lípidos, la desintoxicación, el almacenamiento de nutrientes y la regulación de la turgencia. Su origen evolutivo, marcado por la invaginación de la membrana plasmática y la endosimbiosis, ha llevado a una especialización celular que facilita la vida multicelular.
El retículo endoplasmático se presenta en dos formas: rugoso y liso, y desempeña funciones en la síntesis de proteínas, lípidos y desintoxicación
El aparato de Golgi modifica, clasifica y envía proteínas y lípidos
Los lisosomas contienen enzimas digestivas para el reciclaje celular, mientras que las vacuolas almacenan nutrientes y regulan la turgencia
Las vesículas transportan materiales entre los orgánulos y el resto de la célula, mientras que el envoltorio nuclear rodea el material genético
Se cree que el sistema de endomembranas se originó a través de la invaginación de la membrana plasmática, creando compartimentos internos con funciones especializadas
A lo largo de la evolución, las estructuras del sistema de endomembranas se diversificaron y se hicieron más complejas, permitiendo una mayor especialización y la aparición de distintos tipos celulares
La teoría endosimbiótica explica cómo la endosimbiosis ha contribuido a la complejidad del sistema de endomembranas, a través de la presencia de mitocondrias y cloroplastos en células eucariotas