La circulación fetal se caracteriza por estructuras como el conducto venoso, el foramen oval y el ductus arteriosus, que permiten el flujo sanguíneo eficiente en ausencia de función pulmonar. Tras el nacimiento, se producen cambios significativos: los pulmones se airean, disminuyendo la resistencia vascular y transformando la circulación para adaptarse a la vida fuera del útero. Las estructuras vasculares fetales se convierten en ligamentos, y el sistema linfático fetal se desarrolla para formar parte de la respuesta inmunitaria.
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La circulación fetal está diseñada para funcionar en un entorno sin la participación de los pulmones en el intercambio de gases
Conducto venoso
El conducto venoso desvía la sangre rica en oxígeno de la placenta directamente hacia la vena cava inferior
Foramen oval
El foramen oval permite que la sangre fluya de la vena cava inferior a la aurícula izquierda, eludiendo los pulmones
Ductus arteriosus
El ductus arteriosus conecta la arteria pulmonar con la aorta descendente, evitando la sobrecarga de los pulmones y permitiendo el desarrollo adecuado del ventrículo derecho
La sangre oxigenada del cordón umbilical entra al sistema circulatorio fetal y se distribuye a través de diferentes rutas para proporcionar oxígeno y nutrientes al feto
El nacimiento marca el inicio de cambios fisiológicos que transforman la circulación fetal en la circulación neonatal, incluyendo la disminución de la resistencia vascular pulmonar y la interrupción del flujo sanguíneo placentario
Foramen oval
El foramen oval se cierra funcionalmente poco después del nacimiento y anatómicamente en los primeros meses de vida
Ductus arteriosus
El ductus arteriosus se oblitera y forma el ligamento arterioso, completando la transición de la circulación fetal a la adulta
Después del nacimiento, el ventrículo izquierdo se fortalece y su pared se engrosa, mientras que la pared del ventrículo derecho se adelgaza debido a la disminución de su carga de trabajo
El sistema linfático fetal se origina a partir de seis sacos linfáticos primarios que se conectan con la red de vasos linfáticos
Los sacos linfáticos evolucionan en ganglios linfáticos, mientras que las células mesenquimales forman la cápsula y la estructura de tejido conjuntivo de los mismos
Los tejidos linfoides asociados a las mucosas se desarrollan en los sistemas respiratorio y digestivo, y en estructuras como el bazo, las amígdalas y la cisterna del quilo