El intestino delgado es crucial en la digestión y absorción de nutrientes. Se compone del duodeno, yeyuno e íleon, cada uno con funciones específicas y una compleja red de suministro sanguíneo e inervación. El duodeno inicia la digestión, mientras que el yeyuno y el íleon completan la absorción de nutrientes, con diferencias anatómicas y histológicas que permiten su identificación y estudio detallado.
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El intestino delgado se divide en tres secciones principales: el duodeno, el yeyuno y el íleon
Forma y ubicación
El duodeno adopta una forma de "C" alrededor de la cabeza del páncreas y se encuentra en la parte superior del abdomen
Funciones en la digestión
El duodeno recibe el contenido ácido del estómago y permite la mezcla de bilis y enzimas pancreáticas con el quimo para facilitar la digestión de grasas y nutrientes
Continuación del proceso de digestión y absorción de nutrientes
El yeyuno y el íleon son responsables de continuar el proceso de digestión y absorción de nutrientes que comienza en el duodeno
Diferencias histológicas y disposición del mesenterio
Aunque no hay una separación anatómica clara entre el yeyuno y el íleon, sus diferencias histológicas y la disposición del mesenterio permiten su identificación
El duodeno recibe su suministro sanguíneo principalmente del tronco celíaco y de la arteria mesentérica superior, y su drenaje linfático se dirige hacia los nódulos linfáticos celíacos
El yeyuno y el íleon reciben su suministro sanguíneo de la arteria mesentérica superior y su drenaje linfático se dirige hacia los nódulos linfáticos mesentéricos
El intestino delgado está inervado por fibras simpáticas y parasimpáticas que regulan su motilidad y secreción, y es relativamente insensible a estímulos como cortes y quemaduras