El Imperio Babilónico, conocido por su apogeo bajo Hammurabi y su famoso código legal, fue una civilización avanzada en áreas como la agricultura, la artesanía y el comercio. Su sociedad estaba jerarquizada, con un rey que actuaba como intermediario divino y una economía regulada por el estado. En el ámbito cultural, destacaron en música, arte y arquitectura, con los ziggurats como símbolo de su legado arquitectónico. Además, sus avances en astronomía y matemáticas fueron fundamentales para el desarrollo científico posterior.
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Los amorreos, un pueblo semita, se asentaron en Mesopotamia alrededor del 2000 a.C
Los amorreos fundaron la ciudad de Babilonia, que se convirtió en su capital y un importante centro cultural y político
Bajo el reinado de Hammurabi, el imperio alcanzó su apogeo gracias a la codificación de leyes y las campañas militares
La sociedad babilónica estaba estratificada con el rey en la cima, seguido por sacerdotes, hombres libres y esclavos
El rey era considerado un intermediario entre los dioses y su pueblo, y era responsable de mantener la ley y el orden
Los esclavos podían ser liberados mediante manumisión, un proceso que a veces implicaba el pago de una compensación
La religión babilónica era politeísta, con un panteón de dioses que personificaban elementos de la naturaleza y aspectos de la vida cotidiana
Marduk, Ishtar, Sin y Enlil eran algunas de las deidades más importantes en la religión babilónica
Los sacerdotes mediaban entre los dioses y los mortales y mantenían los templos, que eran centros de poder económico y espiritual
La educación en Babilonia comenzaba en el hogar, con las madres enseñando tareas domésticas y los padres habilidades laborales
Los niños de familias acomodadas podían asistir a la escuela del escriba para aprender a leer y escribir, así como matemáticas y literatura
Los babilonios hicieron contribuciones significativas en áreas como la astronomía y las matemáticas, desarrollando un calendario lunar y un sistema sexagesimal