La historia clínica ha sido fundamental en la evolución de la medicina, desde Hipócrates en la Antigua Grecia hasta los avances tecnológicos del siglo XX. Este registro sistemático ha pasado por la Edad Media, el Renacimiento y la era de la especialización médica, reflejando cambios en la práctica clínica y la atención sanitaria.
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Hipócrates introdujo un enfoque racional en la medicina, atribuyendo las enfermedades a causas naturales y factores como el clima y la dieta
Surgieron dos corrientes en la medicina griega: la escuela cnidia, centrada en el diagnóstico de enfermedades, y la escuela de Cos, que ponía énfasis en el paciente y su pronóstico
Los Tratados hipocráticos, considerados los precursores de la historia clínica moderna, plasmaban la exploración física y el registro meticuloso de síntomas y signos
En la Edad Media, los barberos cirujanos, con habilidades prácticas pero sin formación académica, contrastaban con los médicos universitarios, que carecían de experiencia práctica
Los Consilium eran documentos que compilaban consejos y conocimientos médicos, pero no seguían la estructura cronológica de los síntomas característica de la historia clínica hipocrática
La falta de estructura cronológica en los Consilium limitaba su eficacia en el seguimiento del paciente
Durante el Renacimiento, se enfocó en la objetividad en la práctica médica, descartando interpretaciones religiosas
Las facultades de medicina implementaron la formación práctica, con estudiantes aprendiendo directamente de pacientes y a través de lecciones clínicas en hospitales
Las Observaciones, antecesoras de las historias clínicas actuales, eran narraciones detalladas y objetivas que culminaban con un diagnóstico y recomendaciones terapéuticas
Thomas Sydenham destacó la importancia de la observación y la experiencia clínica, clasificando los síntomas y signos con notable precisión en sus "Observaciones médicas"
Herman Boerhaave mejoró la estructura de la historia clínica, introduciendo un examen sistemático que incluía inspección, interrogatorio y exploración física
Boerhaave fue un defensor de la enseñanza clínica en la cabecera del paciente, una práctica que ha perdurado hasta la actualidad y es fundamental en la formación médica